Firma invitada

Dado que yo me he reafirmado en cuestiones relativas a no postear contando mis numerosas miserias (y que encima -salvo los exiliados franceses- ni me putéeis cuando las cuento, que qué menos, si fuera al revés os iba a putear yo hasta el aburrimiento). En fin, que, parafraseando a Don Pablo, aquí seguimos como Perry Mason (explicación disponible bajo petición).

Tras desechar el ofrecimiento de Javier Marías, Corín Tellado (y su puta madre) y Paco Umbral, hoy contamos con la colaboración de una firma invitada, Monsieur Quintero, un señor que viaja en avión, y que nos relata a continuación sus peripecias múltiples.

Volar puede llegar a ser traumático
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Si amigos, si. Volar puede llegar a crearte un trauma de los gordos, con terrores nocturnos y todo. Sobre todo si los señores de la capa aparecen a última hora por la puerta de embarque, medio beodos y armando bulla.
No, no son Superlópez, Superman y Robinhood. Son los caballeros tunantes de las numerosas tunas que hay por el jodido país donde nació Quevedo. Desconozco a lo que pueden ir los caballeros de la capa (en adelante CabCapa, para no tener que nombrar más la palabra "tuna", ya que mi trauma hace que el páncreas se me oculte bajo el bazo, cada vez que la oigo), pero sí, cogieron un avión hacia Charleroi.
Supongo que habría en las cercanías, dícese Bruselas (esa preciosa y limpia ciudad paladín de las libertades europeas) una reunión de meapilas, soplapollas y palanganeros de toda Europa. Pero, claro, luego nos asustamos cuando, fuera de las fronteras del Imperio del Zapato, la gente sonríe y se mofa o se asusta cuando ve un español, oye a un español o, incluso, huele un español.
Habría que tomar medidas y ya. No se, sacar un Real Decreto que impida salir a toda esta chusma CabCapa del país y ya de paso incluyamos a hinchas deportivos, garrulos varios, flamenqueros, faranduleros y andaluces en general, y cualquier persona que crea que el toro es un símbolo, más allá del sobrenombre que le tienen en la oficina por los cuernos que le pone la novia del susodicho bujarra.La gente decente que viaja por conocer cosas, personas y lugares, y no por viajar a mamarse o a robar, lo agradecerá. Los que se ganan el parné en el extranjero también estarán contentos. Yo también lo agradeceré, porque así aprovecharé las dos horas del puto vuelo, parar dormir, meterme el dedo en la nariz (sin miedo a que una impertinencia de los CabCapa me haga taladrarme el cerebelo) o mirar lo guapas y macizas que están las azafatas (para el que no haya viajado en Raynair, esto último es irónico). Así, llegaré a Charleroi y me darán mi maleta rápido, pudiendo coger el bus que ya espera, y no me tocará esperar a que bajen con cuidado la bandurria, la pandereta y el oboe de los jodidos CabCapa (que me alegro que ahora les cobren 30€ por cada uno de esos bultos y lo digo con todo el significado de la palabra bulto). Incluso, así podré pasear por el aeropuerto de Charleroi en mi espera sin que unos ceporros (amigos de la bici vasca con rh y todo), parecidos a los CabCapa, bloqueen todo el paso; porque no saben que las cintas que están allí en medio son para formar unas filas rectas y ordenadas, procurando el paso a los demás transeúntes.
Pues eso, que lo miren. Y si hay que reformar la Consti, pues a ello. Y de paso, podían pensar en abolir la monarquía, que no dejan de procrear como conejos.