Feliz Arrivée

Hola pendejos y pendejas

A las 0 horas zulú partí rumbo Barajas a coger mi vuelo con KLM, que, para los que no lo sepáis, no es la sustancia dopante de moda para los ciclistas del Tour de Francia, sino una compañía aérea holandesa. En principio, se suponía que era una empresa seria y de puta madre, es decir, lo contrario que Iberia. Había que darle el beneficio de la duda: no era española.

Llegué a Madrid-Landia a las 3:30 zulú y allí sólo tardé 5 minutos en ratificarme en que este país (por había dudas me refiero a España) es una casa de putas y Barajas el burdel estrella. Que puto aeropuerto. Allí había la típica fauna que se va de vacaciones en estas fechas en avión y que no produce lástima que les jodan los del personal de tierra de Iberia. Es más, me produce placer y pagaría dinero por ello. Además había muchos catalanes con unas ganas locas de reír y tocar los cojones a las 4:30 de la mañana, unas ganas comparables a las que tenía yo de meterles mi ordenador portátil (con ratón de infrarrojos incluido) por donde la espalda pierde su digno nombre y así convertirles en ET versión noi de la Ampurdá (con luz roja incorporada).

Bueno, tras estos avatares menores, tomé mi vuelo a Amsterdam y llegué a las 8:40 rozando el coma profundo tras toda la puta noche sin dormir. Hasta la 13:00 no salía el avión a México DF. Felicidad. Felicidad. Embarque a las 12:00. Felicidad. Felicidad. Al avión se le ha jodido una puerta, que no cierra bien o no sé qué. ¿Felicidad? Me cago en la Puta de Oros, en la de Bastos y en la de Copas. A tomar por el culo, nos tienen allí dos horas y luego nos desembarcan. El avión no sale ahora hasta las 16:00 que lo tienen que arreglar y no hay otro. Hijos de puta!!! Puto capitalismo!!! Ryanair, teléfono, mi casa...Ryanair te quiero, dónde estás????

Para “compensarnos”, los de KLM nos dan a elegir: un puto ticket de 10 euros de descuento en Restaurantes del aeropuerto de Amsterdam (con lo que me podía comprar más o menos un sugus) o un puto ticket descuento de 15 euros para comprar artículos suntuarios y de lujo dentro del avión. Sentí la tentación de comprarme con el bono regalo una colonia de Eau d´Été (pronunciado Jo-De-Té) en el avión, rociar a las azafatas de KLM y luego chiscarlas con el mechero y quemarlas a lo bonzo. Como no tuve lo que hay que tener, solo me cisque en KLM de manera repetida en presencia de sus trabajadores.

Durante la espera, vi una mexicana pija llorando por el móvil contando que estaba fatal de la fatalidad porque se le había dormido la mano. Os lo juro por Snoopy, super fuerte, tías. Casi me pongo a reirme. Soy asín de cabrón.

Por fin nos metieron en otro puto avión de KLM que en solo 11 (putas) horas nos llevaría a México DF. Me tocó el último asiento del final. Como compañeros, una pareja mexicana-gabacho de muy elevada actividad sexual en el asiento. Yo soy un liberal, como bien sabéis, pero las precipitaciones y pluviosidades en forma de saliva me incomodan, como a todo el mundo. El tío no era manco: se paso las 11 horas metiéndole mano y ella accedía gustosa. Me tuve que poner la bolsa de vomitar en la cabeza y envolverme con la manta de KLM para protegerme.

Dado lo que me quedaba de viaje (11 horas + llegar a Puebla en bus), dadas las actividades sexuales de mis compañeros de asiento y dada la falta de alternativas de ocio (no detecté ninguna ninfómana entre la tripulación y encima nos ponen la serie del graciosillo de Friends que ahora, para más inri, actúa en solitario –y la gracia la tendrá su puta madre porque yo no le veo ninguna-) opté por hacer como los buenos: en plan Humphrey Bogart, llamé al carrito de los helados de la azafata para enterarme a ver qué era eso del Baileys y aplicar la máxima Viaje tostado, Viaje más corto. Encima me puse a leer el Código da Vinci y con el Baileys, la comida del avión y la hostia en verso ya me creía yo que era la Gioconda en versión con barbas.

Encima hice un gran hallazgo: mi bolígrafo es un eyaculador precoz: Saqué mi pilot del 30 Aniversario de la Constitución Española (soy asín de cutre ¿qué pasa?) y el muy hijo de puta se destintó sobre mí sin piedad. Imaginaos el panorama. Nada, lo metí en el chisme del asiento para los periódicos y las revistas y sorpresa para el que meta la mano ahí el próximo viaje. Lecciones: lleva un bic.

11 horas después, tras sufrir gangrenas en (casi) todas partes de mi cuerpo de tantas horas sentado y creerme que era un cura del Opus Dei (por mi lectura del Código Da Vinci) llegamos a México DF. Sólo se puede definir con una palabra CAOS. O lo que es lo mismo: América Latina. Amála o muere en el intento.

La mejor definición es ¿conoces Suecia? Pues es igual pero todo al revés. Allí piensas en cómo mangarle las postalitas y las gominolas al tendero sueco de turno tonto del culo. En América Latina piensas como hacer para que a ti, en este caso el tonto del culo, no te roben un órgano vital.

Tras besar el suelo al tomar tierra, como el Papa Maledicto, cogí un autobús a Puebla que se llamaba el Estrella Roja, que, pese a su nombre, no era comunista a juzgar por la estética de los pasajeros, y en el camino vi algo de México DF: ACOJONANTE. Aparte de una megalópolis de 20 millones de habitantes un tráfico increíble, con autopistas de 10 carriles, hay una pobreza, suciedad, caos, venta ambulante, etc que lo de Chile son bobadas al lado de esto que contrasta con los grandes y lujosos centros comerciales. A los que no habéis estado os recomiendo que veáis estos lugares. Ni Calabria, ni Pizarrales, ni pollas. Bájese usted aquí y dé un paseo y después me lo cuenta. Venga usted solo. Ya casi no me acordaba de Chile, aunque esto es mucho más duro, mucho más. Yo personalmente, prefiero pagar impuestos y poder ir por la calle. Pero oye, es cuestión de preferencias.

Creo que voy a ir al DF de excursión pronto y así veo a una amiga-conocida que estaba de Erasmus en la USAL y me parece que me voy a tener que ir por lo menos a un Meliá Horus o a un NH, porque madre mía...que acojone.

En Puebla, ya a las 23:00, cogí un taxi para ir a la Universidad de las América, que tócate los cojones como están las cosas, son de prepago: vas a una taquilla y te dan un ticket para el sitio que vas, luego a otra que te dan una tarjeta y luego le das todo a un taxi autorizado. De hecho en cada taxi pone “Yo Viajo en Un Taxi Seguro”. Pues viajará segura la puta madre del taxista, porque lo que soy yo… el taxista me daba la sensación de que me iba a rajar en cada curva, porque el tío se metía por calles solitarias y se paraba sin venir a cuento. Claro, que por entonces yo lleva 28 horas sin dormir, y eso, claro, influye en mis paranoias.

Llegué a las 0:00 (hora zulú) a la residencia de Dios dentro del campus, o sea sólo 31 horas después de salir de casa en España y 35 horas después de tomarme un café con vosotros. Después de ver todo lo que vi por el camino (es decir, América Latina en plena esencia) llegué a las instalaciones de la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP), que son tipo Yale pero para consumo de latinoamericanos de clase alta. Las instalaciones comprenden varias hectáreas y allí puedes vivir si tienes mucha plata (que no es mi caso) sin siquiera salir del recinto, están rodeadas por una verja en plan Israel con los palestinos, para que no entren los pobres a robarte ni a pedir, que ya sabéis que lo hacen por vicio y son pobres porque quieren y porque son vagos. Ah y además son ETA.

Feliz y eufórico por mi llegada (y eso que el efecto del Baileys se había difuminado), me dieron mi llave en recepción, donde encontré un montón de María Priscilas y Borja Alfredos. Joder, si eran todos rubios, hostia, en la estación de autobuses los mexicanos no eran así. En mi corredor (con perdón) había varios fulanos con la Xbox o la Playstation jugando al FIFA a todo volumen en la televisión comunal, con la suerte de que mi habitación está al lado y no me dejaban dormir. Desde aquí aprovecho para saludar a estos Hijos de Puta, que están hoy haciendo lo mismo que hicieron ayer y voy a tener que decirles que ponerles los puntos sobre las ies.

Joder, en teoría en mi habitación había Internet wireless pero nada. Probé poniéndome las zapatillas en las orejas y sacando un pie por la ventana pero no captaba nada. Y no, Pablo, no preguntes: no hay golfas en mi pasillo... Por desgracia.

Hoy he salido a husmear por aquí y no hay super mercado en tres km por lo que alimentarse va a ser un presupuesto, cago en la puta. Encima hablo con un fulano de mi pasillo y le pregunto qué dónde o cómo comprar y me dice que cogiendo un taxi. No te jode, qué majo. También puedo buscar un esclavo. Estuve por mandarlo a que se fuese a tomar (en taxi) por el culo.

Ayer llegué sin cenar y me comí los escasísimos víveres que me quedaban y como me moría de sed pues bebí (algo parecido a) agua del grifo del baño. Luego llegó un fulano y me dijo que el agua potable estaba en la cocina, lo cual corroboré al encender la luz y ver que efectivamente el agua salía... negra. Super potable, no te jode. No le daría de beber ni a mi perra. Pues menos mal que yo bebí de la del baño, que encima era la no-potable. Remilgos míos. Vaya, que el agua me ha limpiado por dentro, sin entrar en detalles. Ya sé qué hacer ante los problemas de regularidad. No necesito fibra, solo agua del grifo o la comida de los aviones KLM.

El campus este está donde Cristo perdió el mechero. Lejos de Puebla (gran urbe) y Cholula (puto pueblo), la UDLA posee un privelegiado enclave que le permite estar lejos de todo. Gracias a tan afortunada ubicación hoy voy a cenar pan bimbo con... pan bimbo. Que bien.

Yo, como soy como soy, es decir, gilipollas y lleno de prejuicios de mi aún no totalmente superada época leninista de juventud, he venido con mis pulseras, mi reloj Casio, colgantes y vistiéndome así como informalmente (es decir, como un puto rancio) para “integrarme” en el ambiente, asín como con una estética cuasi-guevarista. Me falta el pañuelo palestino. Sólo lo hago por tocar un poquitín los cojones. Y además que no me desvalijen a los 10 metros cuando salga de la jaula de oro.

Al llegar al departamento de Economía vi un cartelito que ponía MARIGEL y creí que era alguna crema depilatoria o anti-acné, pero no, era el nombre de la secretaria del departamento. Aquí hacen actividades de muchos tipos como curso de TOEFL (300 eurazos) o actividades de desincentivación sexual y karaoke. Yo creo que hasta está prohibido el coito en el recinto. La Universidad está básicamente llena de pijos. Barajo comprarme un kalashnikov por amazon.com.

De momento, estoy más sólo que la una. Cierto es que en dos días que llevo la impresión de los mexicanos es muy buena. Tanto de ellos como de ellas. Son bastante abiertos/as

A este paso voy a hacer un master en blogs y hasta a hacer cosas de la tesis, lo cual no estaría mal. Hay un pueblo aquí al lado que al parecer es un reducto indígena en México. Haré excursión en plan Indiana Jones probablemente esta semana y habrá publi-reportaje en plan anuncios de Pascual en este mismo cine.

La comida es un puto asco y no hay sitio para comprar otra. Mejor, así adelgazo.

Como vean este blog mis jefes en Salamanca acabo limpiando suelos.

Y plus plis plas mañana más.